Myrtle Corbin, nacida en 1868 en Texas, fue una mujer que presentó una condición médica extraordinariamente rara llamada dipygus. Esta malformación congénita provocó la duplicación de la mitad inferior de su cuerpo, resultando en cuatro piernas y dos sistemas reproductivos completos. Su caso se convirtió en uno de los más fascinantes y estudiados de la historia de la medicina.
Desde pequeña, Myrtle fue exhibida en circos de rarezas, una práctica común en la época, lo que la llevó a la fama en Estados Unidos. Su apariencia única atrajo la atención de multitudes y de la comunidad médica, que estudió su anatomía con gran interés. A pesar del sensacionalismo que rodeó su figura, los registros médicos de la época documentaron su caso como uno de los más singulares jamás observados.
Sorprendentemente, Myrtle llevó una vida más convencional de lo que muchos esperaban. Se casó a los 19 años con James Clinton Bicknell y fue madre de cinco hijos biológicos, todos concebidos en uno solo de sus sistemas reproductivos. Su capacidad para formar una familia desafió las expectativas médicas y sociales de su tiempo.
A lo largo de su vida, Myrtle fue objeto de análisis en universidades, artículos científicos y documentales. Su historia no solo despertó curiosidad, sino que también contribuyó al avance del conocimiento sobre malformaciones congénitas. A pesar de la atención pública, ella prefería la vida familiar tranquila, y fue recordada como una mujer carismática, fuerte y respetada.
Myrtle Corbin falleció en 1928 a los 59 años, dejando un legado científico y humano que continúa fascinando al mundo. Su historia demuestra cómo una condición física extrema puede coexistir con una vida plena y normal, y cómo la realidad puede superar incluso a la ficción más insólita.
