El mandatario norteamericano, Donald Trump, estima que ha llegado el momento para que “Estados Unidos emprenda una campaña contra los cárteles” narcotraficantes mexicanos, a quienes responsabiliza de poner en riesgo “la seguridad nacional” estadounidense.
++ China se declara dispuesto a enfrentar «cualquier confrontación» con Estados Unidos
Poco después de catalogar como entidades “terroristas globales” a media docena de organizaciones mexicanas, incluyendo el cártel de Sinaloa (establecido durante la década de 1980 por Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada), Trump les anuncia un “enfrentamiento”.
La región mexicana colindante con la frontera norteamericana “se encuentra completamente bajo el dominio de organizaciones criminales que cometen homicidios, agresiones sexuales y actos de tortura”, declaró el empresario republicano ante la sesión plenaria del Congreso.
++ Zelensky detecta señales de mejora en el diálogo con Estados Unidos
“Mantienen dominio absoluto sobre un país entero, constituyendo una seria amenaza para nuestra seguridad interna”, expresó.
“Los cárteles están llevando a cabo hostilidades contra Estados Unidos, y ha llegado el momento de que Estados Unidos responda con igual contundencia, que es precisamente lo que estamos implementando”, manifestó Trump.
Desde su retorno al despacho oval, Trump encabeza una estrategia diplomática confrontativa en su combate contra los cárteles y la inmigración indocumentada, y sostiene que Canadá y México no realizan esfuerzos suficientes para frenar el ingreso de estupefacientes, particularmente el contrabando de fentanilo, un narcótico sintético devastador en EE.UU. Este argumento justificó la implementación de gravámenes comerciales contra ambas naciones.
En el mes de febrero, incluso sugirió que la administración mexicana mantiene “un pacto inadmisible” con las organizaciones narcotraficantes.
La mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, quien recibió calificativos públicos de “extraordinaria” por parte del republicano, interpreta tales declaraciones como difamatorias.
Trump, quien entre la vía diplomática y la presión directa, se inclina por esta última, aparentemente no se preocupa por la percepción que generan sus pronunciamientos entre sus vecinos, siempre que obtenga resultados.
“Como consecuencia de nuestras medidas arancelarias, México ha procedido a extraditar a 29 cabecillas de las organizaciones criminales más significativas de su territorio, un hecho sin precedentes”, mencionó ante el Congreso.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana mexicana, la transferencia de los narcotraficantes se enmarca “en las labores de articulación, colaboración y correspondencia binacional, respetando la autonomía de ambos estados”.
La narrativa de Trump difiere: “Desean satisfacernos, algo inédito hasta ahora”.
“Sin embargo, requerimos que México y Canadá intensifiquen considerablemente sus acciones previas, y deben interceptar el fentanilo y los narcóticos que ingresan a Estados Unidos. Y van a interceptarlos”, complementó en el Congreso.
Al culminar febrero, la Casa Blanca advirtió con “desencadenar consecuencias catastróficas” contra los cárteles para salvaguardar la protección fronteriza con México.
“Han sido advertidos”, declaró recientemente el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz.
“Observamos registros visuales de las fuerzas armadas mexicanas realizando vigilancia conjunta con nuestros agentes fronterizos y aduaneros y con nuestras tropas para garantizar la integridad de la frontera estadounidense, pues sin demarcación territorial, se carece de identidad nacional y autodeterminación”, agregó.
El titular diplomático estadounidense, Marco Rubio, ha mantenido ambigüedad respecto al despliegue militar contra las organizaciones criminales.
“Variará según su ubicación”, respondió ante un cuestionamiento durante una conversación en X.
México muestra disposición colaborativa, pero rechaza subordinación.
“Pueden asignarles la denominación que prefieran (a los cárteles), pero la relación con México implica coordinación, jamás sumisión, interferencia y bajo ninguna circunstancia incursión armada”, manifestó recientemente la presidenta mexicana.
“La soberanía no es negociable”, reiteró Sheinbaum, quien semanas atrás dispuso el desplazamiento de 10.000 efectivos militares hacia la región limítrofe, donde los cárteles desarrollan sus operaciones.
