Eduardo Bolsonaro pierde su escaño parlamentario por ausencias injustificadas. (Foto: Instagram)
La decisión de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de Brasil de retirar el mandato parlamentario a Eduardo Bolsonaro (PL-SP) ha generado una amplia repercusión en la prensa internacional. La medida, tomada el jueves 18 de diciembre, se basó en el artículo 55 de la Constitución brasileña, que establece la pérdida automática del cargo por ausencias injustificadas. Eduardo acumuló 59 faltas en sesiones deliberativas mientras residía en Estados Unidos desde febrero, donde buscaba apoyo político para su padre, el expresidente Jair Bolsonaro, actualmente en prisión por intento de golpe de Estado.
La decisión también afectó a Alexandre Ramagem (PL-RJ), exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), igualmente destituido por ausentismo y condenado en el mismo proceso judicial. Ambos casos fueron oficializados mediante actos administrativos firmados por el presidente de la Cámara, Hugo Motta, sin necesidad de votación plenaria.
Medios internacionales como ABC News destacaron que Eduardo alega persecución política y ha presionado a miembros del gobierno del presidente Donald Trump para revertir la condena de su padre. La agencia Bloomberg señaló que el interés de Trump en la familia Bolsonaro ha disminuido, mientras que ahora prioriza la cooperación con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. La DW alemana y La Nación de Argentina subrayaron el papel de Eduardo como lobista en EE. UU., mientras que EFE y AFP apuntaron al exceso de ausencias como la causa formal de la destitución.
La AFP también mencionó que los esfuerzos de lobby familiar lograron inicialmente imponer sanciones contra autoridades brasileñas, incluyendo al juez Alexandre de Moraes, aunque estas medidas fueron en gran parte revertidas. Eduardo Bolsonaro sigue siendo investigado por el Supremo Tribunal Federal por intentar coaccionar al Poder Judicial y promover sanciones internacionales contra funcionarios brasileños.
La pérdida de su escaño en la Cámara representa un duro golpe político para el entorno de Jair Bolsonaro, que cumple una condena de 27 años y 3 meses en la sede de la Policía Federal en Brasilia. La situación evidencia el debilitamiento del clan Bolsonaro en el escenario político brasileño e internacional.
