Heberth Vinícius Santana, un joven brasileño de 21 años natural de Recife, vivió una experiencia dramática que transformó su vida. En diciembre de 2023, tras realizar el examen nacional para el ingreso a la universidad (Enem), sufrió un grave accidente de tráfico en São Paulo mientras intentaba escapar de un intento de asalto. El coche en el que viajaba con su tío volcó varias veces, dejándole atrapado entre los hierros y provocándole lesiones graves, incluido un traumatismo craneal y daños en la columna vertebral que lo dejaron parapléjico.
Durante semanas estuvo en coma, siendo considerado el caso más grave de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Contra todo pronóstico, despertó en febrero de 2024 tras varias cirugías. Fue entonces cuando se enteró de que había sido admitido en el curso de Medicina en la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), una noticia que su madre le comunicó con cautela debido a su delicado estado.
Debido a su proceso de rehabilitación, no pudo comenzar las clases en abril de 2024. La universidad aceptó mantener su plaza reservada hasta que completara el tratamiento, lo cual ocurrió en septiembre de 2025. Al regresar al campus, Heberth comenzó a denunciar en redes sociales la falta de accesibilidad en las instalaciones del Centro de Ciencias de la Salud, como baños no adaptados, rampas deterioradas y ascensores fuera de servicio.
Una de sus principales quejas es que el ascensor que da acceso a la sala de prácticas de anatomía sigue sin funcionar. La universidad le ofreció usar el ascensor de servicio, utilizado para transportar piezas anatómicas en formol, una opción que él y sus compañeros rechazaron por razones de dignidad y salud. En solidaridad, su grupo ha suspendido las clases prácticas hasta que se garantice la accesibilidad.
Heberth continúa sus estudios con el apoyo de sus compañeros y lucha por un entorno educativo más inclusivo, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y activismo por los derechos de las personas con discapacidad.
