En la ciudad de Normanby, en el condado de North Yorkshire (Inglaterra), un controlador de plagas descubrió un roedor de 55 centímetros de longitud —similar al tamaño de un perro pequeño— dentro de una vivienda particular. El hallazgo, que generó gran impacto en redes sociales y medios locales, se ha convertido en símbolo de una creciente crisis de infestación de roedores en las regiones de Redcar y Cleveland.
El concejal David Taylor señaló que los ratones están volviéndose “más audaces” y que este ha sido el ejemplar más grande que ha visto. Junto al concejal Stephen Martin, ha exigido al Consejo de Redcar y Cleveland una respuesta inmediata. Entre las medidas solicitadas se incluye un censo de la población de plagas y la elaboración de un plan integral de acción.
La preocupación de las autoridades y ciudadanos va más allá del impacto visual: los roedores representan una amenaza directa para la salud pública, al ser transmisores de enfermedades como la Leptospirosis y la Hantavirosis. Actualmente, el consejo local solo dispone de un oficial de control de plagas para las zonas bajo su jurisdicción, tras haber suprimido los servicios generales de control para la población.
Ante las críticas, el gobierno local aseguró que colabora con entidades como Beyond Housing y Northumbrian Water para enfrentar las infestaciones de forma más efectiva, aunque no se han anunciado planes concretos de ampliación de recursos.
Este caso ha reavivado el debate sobre la necesidad de políticas públicas más eficaces para el control de plagas urbanas, así como la responsabilidad de las autoridades locales en la prevención de riesgos sanitarios emergentes.