Costa Fantis, un ciudadano británico de 57 años, fue diagnosticado con glioblastoma en fase 4, el tipo más agresivo de cáncer cerebral, tras experimentar un único síntoma: un olor persistente a caramelo. Este indicio olfativo, que aparecía esporádicamente por unos segundos, fue el único signo de alerta, ya que Costa no presentaba síntomas comunes como dolores de cabeza o pérdida de memoria.
En un principio, su familia pensó que el extraño olor podría estar relacionado con una antigua condición de epilepsia. Sin embargo, tras insistir en realizar pruebas más profundas, se confirmó la existencia de un tumor cerebral inoperable. Los médicos creen que el olor dulce se debía a pequeñas convulsiones olfativas, una manifestación poco frecuente pero posible en estos casos.
Tras el diagnóstico, Costa inició tratamiento con radioterapia y quimioterapia a través del sistema público de salud británico. No obstante, sus familiares pronto descubrieron que las opciones terapéuticas para el glioblastoma son escasas y apenas han avanzado en las últimas décadas. Su hijo, Antonio Fantis, expresó la frustración de recibir un diagnóstico tan grave sin alternativas médicas claras, más allá de “disfrutar la vida lo mejor posible”.
En busca de opciones más prometedoras, la familia comenzó a explorar tratamientos experimentales en el extranjero. Entre ellos se incluyen una vacuna personalizada en Alemania, oncotermia en Londres e inmunoterapia en Colonia. El coste total de estos tratamientos asciende a unas 464.000 libras, lo que equivale a más de 540.000 euros. Gracias a una campaña de recaudación de fondos, ya se ha conseguido más de la mitad de esta cantidad.
Costa ha completado las primeras fases del tratamiento convencional y, según sus allegados, está respondiendo positivamente. La primera fase del tratamiento experimental, con la vacuna DC, está prevista para la próxima semana en Múnich.
Este caso pone de relieve la importancia de prestar atención a señales corporales inusuales y evidencia las limitaciones actuales de la medicina frente a enfermedades graves como el cáncer cerebral.