Hace solo dos años, Novo Nordisk no era un nombre ampliamente reconocido. Sin embargo, el auge de sus medicamentos para la diabetes y la obesidad, Ozempic y Wegovy, ha convertido a la farmacéutica en una de las empresas más valiosas de Europa.
A inicios de febrero, la compañía anunció que sus ganancias antes de impuestos crecieron un 22%, alcanzando los 17.800 millones de dólares. Este éxito también ha impulsado la economía de Dinamarca, convirtiéndola en una de las de mayor crecimiento en Europa.
Pero el impacto se siente especialmente en Kalundborg, un pequeño puerto de 17.000 habitantes, ahora sede de una de las mayores inversiones de la historia danesa.
Ubicada a una hora de Copenhague, esta ciudad alberga una enorme fábrica de Novo Nordisk, donde se produce la mitad de la insulina mundial y la semaglutida, el ingrediente clave del Ozempic y Wegovy. En los próximos años, se invertirán 8.600 millones de dólares en su expansión, creando 1.250 nuevos empleos, además de atraer a 3.000 obreros de la construcción.
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“Cada empleo industrial genera tres empleos indirectos”, dice Martin Damm, alcalde de Kalundborg, mientras señala las grúas y las nuevas estructuras en construcción. La economía local ha vivido altibajos, pero ahora experimenta un auge sin precedentes.
Los efectos son evidentes en el comercio: un supermercado quintuplicó sus ventas y un puesto de comida rápida vendió 17.500 perritos calientes en un mes. En 2022, la ciudad tuvo un crecimiento económico del 27%, el más alto del país.
El pago de impuestos de Novo Nordisk ha permitido financiar nuevas infraestructuras, como una piscina pública y una futura biblioteca. También se están construyendo más de 1.250 viviendas y una carretera hacia Copenhague.
Sin embargo, no todos los habitantes ven los beneficios de este auge. Algunos se quejan del tráfico y del costo de vida en alza. “Las empresas abren y cierran, pero al menos los jóvenes tienen más oportunidades”, dice Lonny Frederiksen, dueña de una peluquería.
A pesar de las críticas, la transformación de Kalundborg sigue en marcha. Lo que alguna vez fue un tranquilo puerto danés, hoy es el epicentro de una revolución económica impulsada por la demanda mundial de Ozempic y Wegovy.


