Curtis Zy-Keith Means, reconocido por Guinness World Records como el bebé más prematuro del mundo en sobrevivir, nació 132 días antes de lo previsto, con un peso de solo 420 gramos, aproximadamente el peso de un balón de fútbol americano. El 5 de julio de 2020, su madre, Michelle Butler, dio a luz en el Hospital de la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB), en Estados Unidos.
A pesar de que las posibilidades de supervivencia eran inferiores al 1 %, Curtis sorprendió a los médicos. Al principio, necesitaba asistencia respiratoria y medicamentos para el corazón y los pulmones, además de permanecer conectado a un respirador durante tres meses. Solo fue dado de alta del hospital después de nueve meses ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).
El nacimiento de Curtis impresionó al equipo médico. Brian Sims, profesor de pediatría de la división de neonatología de la UAB, relató: “Su nacimiento fue una completa sorpresa. Mis colegas obstetras me llamaron para hablar con la madre sobre el mal pronóstico de los bebés nacidos con 21 semanas y un día”.
Durante las casi cuatro horas en que el padre de Curtis le sostuvo la mano, el bebé llegó a apretarle los dedos en tres o cuatro ocasiones, dando señales de vida. “Ella fue la primera en luchar por la vida de Curtis. Defendió a su hijo y le estoy agradecido por habernos escuchado”, dijo el profesor Sims.
La hermana gemela de Curtis, C’Aysa, no sobrevivió al parto prematuro. A pesar de ello, Michelle Butler cree que la historia de Curtis es una bendición. “Pensé que llevaría el embarazo hasta el final. Ver a Curtis crecer fuerte es un regalo”, afirmó. Hoy, el pequeño vive en casa con sus tres hermanos mayores y sigue gozando de buena salud, según los informes. Michelle cuenta que le gusta jugar con sus juguetes y ver los dibujos animados de Mickey Mouse.
Curtis salió del hospital en abril de 2021 y todavía utiliza un catéter nasal para recibir oxígeno en casa, pero está bien y lleva una vida activa. El médico Brian Sims destacó la fortaleza del niño: “En casi 20 años, nunca había visto a un bebé tan pequeño ser tan fuerte como él”.
La madre de Curtis también expresó su orgullo y alegría al ver la recuperación de su hijo. “Estoy muy orgullosa de él porque, desde donde vino y donde está ahora, puedo ver la diferencia”, declaró Michelle.