Bajo las profundas aguas cercanas a las islas Ryukyu, en Japón, yace una colosal estructura de piedra que ha suscitado un acalorado debate en los círculos científicos. Descubierta en 1986, la formación conocida como Monumento de Yonaguni sorprende por sus contornos simétricos y niveles que recuerdan a antiguas construcciones arquitectónicas.
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Con unos 27 metros de altura y situada a unos 25 metros bajo la superficie, la estructura ha sido señalada por algunos investigadores como indicio de civilizaciones mucho más antiguas de lo que se pensaba. Para quienes defienden su origen artificial, el yacimiento podría haber sido tallado hace más de 10.000 años, lo que situaría a Yonaguni por delante incluso de las pirámides egipcias y de monumentos como Stonehenge.
“Hay elementos que sugieren la intervención humana, como escalones tallados y formas que se repiten con sorprendente precisión”, argumenta el geólogo japonés Masaaki Kimura, que lleva décadas estudiando la formación. Para él, Yonaguni pudo pertenecer a un continente desaparecido llamado Lemuria y se habría construido en una época en la que el nivel del mar era más bajo y la región se encontraba por encima de la superficie.
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La hipótesis, sin embargo, está lejos de ser un consenso. En abril de 2024, el tema adquirió repercusión internacional tras ser tratado en el podcast ‘Joe Rogan Experience’, durante un debate entre el escritor Graham Hancock -defensor de la existencia de civilizaciones prehistóricas avanzadas- y el arqueólogo Flint Dibble, partidario de una explicación natural para las formas vistas en el yacimiento.
“No veo nada allí que se parezca a una construcción hecha por el ser humano”, dijo Dibble. Hancock, por su parte, señaló lo que él cree que son marcas de diseño inteligente, como bloques alineados, escaleras talladas e incluso una supuesta cara tallada en la roca. “Si se demuestra, Yonaguni estaría entre las obras más antiguas de la humanidad, junto a Göbekli Tepe”, afirmó.
Otros estudiosos se muestran escépticos. El profesor Robert Schoch, de la Universidad de Boston, sostiene que la formación puede ser el resultado de fracturas naturales en la arenisca, típicas de regiones con intensa actividad sísmica, como Japón. En una entrevista con National Geographic, clasificó el fenómeno como un ejemplo clásico de procesos geológicos.
A pesar de las diferencias de opinión, el Monumento de Yonaguni sigue atrayendo a buceadores, científicos y curiosos de todo el mundo, manteniendo viva la pregunta de si sus escalones sumergidos son obra de la naturaleza – o huellas olvidadas de una civilización que el tiempo casi ha borrado.
