Francia ha confirmado dos casos del virus MERS-CoV, conocido por causar el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, lo que ha reavivado la preocupación internacional ante una posible nueva ola de infecciones. Los pacientes afectados habían regresado recientemente de la Península Arábiga, y las autoridades sanitarias actuaron con rapidez para confirmar la presencia del virus mediante pruebas de laboratorio.
Ambos infectados se encuentran hospitalizados en estado estable, bajo estricta vigilancia médica. Aunque no se han detectado señales de transmisión local, se están rastreando todos los contactos cercanos para evitar una propagación silenciosa del patógeno en el territorio francés.
El MERS-CoV fue identificado por primera vez en 2012 y posee una elevada tasa de mortalidad, cercana al 35 %, lo que lo convierte en una amenaza seria pese a su limitada capacidad de contagio. A diferencia del COVID-19, este coronavirus se transmite con mayor frecuencia en entornos hospitalarios o por contacto directo con animales infectados, especialmente camellos.
Ante estos nuevos casos, las autoridades sanitarias internacionales han intensificado sus recomendaciones para quienes viajan desde Oriente Medio, instando a vigilar síntomas como fiebre, tos persistente o dificultad respiratoria. Francia, por su parte, ha reforzado los controles sanitarios en aeropuertos y centros médicos.
Aunque por ahora no hay indicios de un brote inminente, los expertos subrayan la necesidad de mantener una vigilancia constante. El resurgimiento del MERS-CoV actúa como recordatorio de que los virus potencialmente mortales siguen presentes y pueden reaparecer en cualquier momento, exigiendo una respuesta global coordinada.
