Una tragedia conmocionó a la ciudad de Santo Antônio da Platina, en Brasil, donde una familia perdió a dos de sus miembros en menos de 24 horas. João Gonçalves, de 55 años, sufrió un infarto fulminante al llegar al hospital para visitar a su hijastro, Vitor da Silva, de 16 años, quien estaba ingresado en la UCI por complicaciones respiratorias graves.
El drama comenzó el sábado 22, cuando Vitor fue hospitalizado con síntomas de dolor de garganta y vómitos. Las pruebas médicas revelaron una insuficiencia renal y una infección pulmonar severa. Fue trasladado a cuidados intensivos y, antes de ser intubado, confesó a su madre que llevaba dos meses consumiendo cigarrillos electrónicos.
El domingo 23, João se dirigió al hospital para visitar a Vitor, pero se desplomó en la recepción de la UCI y falleció antes de poder ver al joven. La tragedia no terminó ahí. Horas después del entierro de João, Vitor sufrió una parada cardiorrespiratoria y murió ese mismo día. La autopsia confirmó que la causa del fallecimiento fue una sepsis pulmonar y una insuficiencia respiratoria aguda, ambas asociadas al uso del cigarro electrónico.
Angélica da Silva, madre de Vitor y pareja de João, quedó devastada. “Mi familia fue destruida en dos días”, declaró entre lágrimas. En medio de su duelo, decidió canalizar su dolor en una causa: ha iniciado una campaña de concienciación sobre los peligros del uso de vapes entre adolescentes.
El caso pone de manifiesto los riesgos mortales de los dispositivos electrónicos de fumar, prohibidos en Brasil por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) desde 2009. La tragedia familiar subraya la necesidad urgente de reforzar la educación y la fiscalización sobre el uso de estos productos, especialmente entre los más jóvenes.


