
Viktor Orbán y Vladimir Putin se reúnen en Moscú para abordar la seguridad energética y la guerra en Ucrania. (Foto: Instagram)
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, llegó este viernes a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, en una visita centrada en la seguridad energética y el impacto regional de la guerra en Ucrania. La visita se produce en un contexto de negociaciones sobre un posible acuerdo de paz y crecientes tensiones entre Budapest y la Unión Europea.
Antes del viaje, Orbán subrayó que su prioridad era garantizar el suministro de gas y petróleo rusos para el invierno y el próximo año a un precio asequible. También afirmó que el conflicto en Ucrania sería un tema inevitable en las conversaciones, señalando que Hungría sufre directamente sus consecuencias económicas.
Durante el encuentro, Putin elogió la postura “equilibrada” de Hungría respecto al conflicto y destacó que, pese a una caída del 23% en el comercio bilateral en 2024 debido a sanciones externas, la relación económica muestra signos de recuperación. El mandatario ruso reafirmó que la energía sigue siendo un pilar clave de la cooperación entre ambos países.
En el marco de las discusiones de paz, Putin reiteró que no aceptará un alto el fuego incondicional, argumentando que ello permitiría a Ucrania y sus aliados reorganizar sus fuerzas. Exigió la retirada de las tropas ucranianas de los territorios ocupados como condición para un cese de hostilidades. Por su parte, Washington, bajo la dirección del presidente Donald Trump, ha enviado una lista de cuestiones preliminares para negociar y planea enviar una delegación a Moscú la próxima semana.
Orbán reafirmó la soberanía de la política exterior húngara y su negativa a romper los lazos estratégicos con Moscú pese a la presión internacional. También reiteró la disposición de Hungría para albergar futuras negociaciones de paz y ofreció su capital como sede de un posible encuentro entre Putin y Trump.
La visita se produce poco después de que Hungría anunciara que no contribuirá con los 1,5 millones de euros al Mecanismo Europeo de Paz para apoyar a Ucrania, redirigiendo esos fondos a las Fuerzas Armadas del Líbano, priorizando la estabilidad en Oriente Medio.


