Melinda Howard, una residente de 63 años del estado de Misisipi (EE. UU.), vivió una experiencia alarmante tras sufrir lo que parecía un simple corte de papel mientras desmontaba cajas de cartón para reciclar. Inicialmente, no le dio importancia al pequeño corte en la mano y se limitó a aplicar un poco de pomada antibacteriana y cubrirlo con un apósito.
Howard, que anteriormente vivió en Colorado, explicó que su piel es extremadamente sensible debido al uso prolongado de prednisona, un medicamento que tomaba regularmente por la altitud. Según la Mayo Clinic, este fármaco puede hacer que la piel se vuelva más delgada y frágil, lo que complica la cicatrización.
Una semana después del incidente, comenzó a sentir dolor en la mano. Como corredora de largas distancias —acostumbrada a correr entre 80 y 160 km semanales—, está habituada a molestias físicas, por lo que no sospechó de inmediato que algo fuera mal. Sin embargo, al retirar el apósito, notó que su mano estaba muy inflamada y con mal aspecto.
Su marido la llevó rápidamente a urgencias, donde los médicos le administraron una inyección de antibiótico, además de recetarle pomadas y comprimidos para tratar la infección. También le indicaron que regresara días después para una revisión.
Howard compartió imágenes del estado de su mano en su cuenta de X (antes Twitter), alcanzando más de 1,5 millones de visualizaciones. En una publicación, comparó fotos tomadas en días diferentes, señalando que el estado había mejorado: la hinchazón había bajado, la piel estaba menos roja y las costras habían desaparecido. “Fue solo un cortecito de papel, pero mi mano decidió exagerar”, comentó con humor.
Aunque los médicos no han dado una fecha exacta para su recuperación total, Melinda se muestra optimista y espera estar completamente curada pronto.


