El británico Karl Bushby ha dedicado 27 años de su vida a una hazaña sin precedentes: recorrer el mundo a pie desde el extremo sur de Chile hasta su hogar en el Reino Unido, sin utilizar ningún tipo de transporte. Su aventura comenzó a los 29 años en Punta Arenas y lo llevó a cruzar continentes enteros enfrentando condiciones extremas, zonas de conflicto y territorios donde la naturaleza impone sus propias reglas.
Actualmente con 56 años, Bushby se encuentra más cerca que nunca de completar su misión. Sin embargo, aún le queda un último obstáculo: cruzar el Canal de la Mancha desde Francia. En declaraciones a CBS News, confesó que esta etapa le preocupa más que cualquier otra, ya que odia nadar y considera la travesía “extremadamente difícil”.
A lo largo de su recorrido, Bushby vivió experiencias aterradoras. Una de las más impactantes ocurrió en el año 2000, al cruzar el peligroso Darién Gap entre Panamá y Colombia, una región dominada por carteles y marcada por la violencia y la hostilidad natural. Otro momento crítico fue su travesía a pie del Estrecho de Bering, entre los océanos Pacífico y Ártico, donde se convirtió en el primer británico en lograrlo. Allí, tuvo un encuentro cercano con un oso polar, que describió como un recordatorio de que un solo error en esa región puede ser mortal.
Además de los desafíos físicos, Bushby enfrentó obstáculos políticos y personales, como problemas de visado, falta de recursos, retrasos por la pandemia y prohibiciones de entrada en países como Rusia e Irán. En respuesta, tomó decisiones radicales, como nadar a través del Mar Caspio, convirtiéndose en la primera persona en cruzarlo a nado.
Esta odisea, que comenzó como una aventura personal, se convirtió en una vida paralela marcada por la resistencia, la improvisación y el coraje. Para Bushby, estar tan cerca del final no representa alivio, sino una despedida emocional de una existencia que durante casi tres décadas se definió por el movimiento constante y la superación de límites humanos.
