Una familia del estado de Oregón, Estados Unidos, vive una dramática situación tras recibir una devastadora noticia: Britney McCrae y su hijo menor, Jamon, de solo cuatro años, fueron diagnosticados con cáncer el mismo día. Hasta ese momento, la familia llevaba una vida tranquila junto a sus tres hijos, sin imaginar que se enfrentarían a una doble batalla contra la enfermedad.
Todo comenzó cuando Jamon empezó a sufrir fuertes dolores de cabeza. Su padre, Jake McCrae, relató que los síntomas se intensificaron rápidamente, lo que llevó a los padres a buscar atención médica urgente. Tras realizarle exámenes, los médicos descubrieron un tumor cerebral que requirió una compleja operación de 15 horas. Aunque inicialmente se pensaba que el tumor era benigno, la biopsia confirmó que se trataba de un cáncer cerebral maligno y agresivo.
En un giro aún más trágico, Britney también acudió al médico ese mismo día y fue diagnosticada con una rara forma de cáncer conocida como neoplasia trofoblástica gestacional, que puede desarrollarse durante el embarazo. Las consultas médicas de madre e hijo tuvieron apenas una hora de diferencia, lo que Jake describió como un momento devastador.
Britney comenzó de inmediato el tratamiento con quimioterapia, mientras que Jamon tuvo que someterse a una segunda operación y ahora recibe intensas sesiones de radioterapia y quimioterapia. Aunque el pronóstico inicial era reservado, los médicos son optimistas: si el tumor es completamente eliminado, las probabilidades de recuperación podrían aumentar del 50% al 70%.
Debido a los elevados costes médicos y la imposibilidad de trabajar, la familia ha lanzado una campaña de recaudación de fondos en línea. Jamon se encuentra en proceso de recuperación, alimentado por sonda y reaprendiendo a caminar. Britney continúa su tratamiento mientras cuida de sus hijos. Jake, visiblemente afectado, confesó que lo más difícil es la impotencia de ver sufrir a su familia sin poder hacer más.


