J.R. McCarty, originario de Hawthorne (Nevada, EE. UU.), sufrió un grave accidente doméstico a los 6 años que le dejó quemaduras severas por todo el cuerpo. Tras pasar un año hospitalizado en el Shriners Hospital de Texas, 58 cirugías reconstructivas y meses en coma inducido, logró sobrevivir y reconstruir su vida.
Durante su infancia y adolescencia, McCarty enfrentó no solo el dolor físico, sino también el estigma social. Fue víctima de bullying en la escuela, donde lo llamaban “monstruo” o “Freddy Krueger”. A pesar de las secuelas y la inseguridad, encontró fuerza en el apoyo de su familia, especialmente de sus hermanos.
En 2011, decidió postularse al cuerpo de bomberos de Washington como una forma de enfrentar sus miedos. Tras 12 semanas de entrenamiento, se graduó en julio de 2012, convirtiéndose en un bombero respetado, a pesar de haber perdido parte de los dedos y pulgares. Aprendió a adaptarse para usar el uniforme y manejar los equipos, ganándose la admiración de sus compañeros.
En 2014, se unió al programa Camp Phoenix, de la Burned Children Recovery Foundation, donde brinda apoyo a niños que han sufrido quemaduras graves. Su objetivo es ofrecerles un espacio donde puedan volver a sentirse niños, aunque sea por un momento. Inspirado por su experiencia, McCarty planea fundar su propia organización para ofrecer asistencia psicológica y social a sobrevivientes de quemaduras.
Hoy, a pesar de las cicatrices físicas y emocionales, McCarty afirma sentirse fortalecido. “El accidente me quitó muchas cosas, pero me dio la oportunidad de demostrar que es posible empezar de nuevo”, concluye.


