Ed Lighthall, residente de Chicago, vivió un momento profundamente emotivo al reencontrarse con su perro Pete, un poodle mestizo que había desaparecido hace una década. El animal, que se creía robado, fue hallado recientemente en Hammond, Indiana, a unos 32 kilómetros de donde se perdió originalmente.
El reencuentro fue posible gracias al microchip de identificación implantado en Pete. Agentes de control animal lo encontraron vagando por una esquina muy transitada, con collar y placa de identificación. Al contactar al tutor más reciente, se confirmó que no deseaba quedarse con el perro, lo que permitió a los agentes rastrear al dueño original a través de la empresa 24/7 Pet Watch.
Laney Bunner, del Hammond Animal Control, explicó que fue uno de los casos de desaparición más largos que había presenciado. Al localizar a Lighthall, este se mostró eufórico: “Estaba en éxtasis porque el perro llevaba 10 años desaparecido”, relató Bunner.
En declaraciones a NBC Chicago, Lighthall compartió su emoción: “Está más viejo, claro, pero fue como si el tiempo no hubiera pasado. Retomamos el vínculo como si fuera ayer. Estoy feliz, él está feliz. Estoy muy agradecido con los agentes que me devolvieron a mi perro”.
Durante todos estos años, Lighthall nunca perdió la esperanza y solía contar a quienes le rodeaban cuánto extrañaba a Pete. “No hay palabras para describir lo que siento. Aún estoy en una nube por habernos reencontrado después de tantos años”, concluyó.
El caso ha conmovido a muchos en Estados Unidos, donde la historia ha sido ampliamente compartida en redes sociales y medios de comunicación. La historia de Pete y Ed Lighthall es un recordatorio del poder del vínculo entre humanos y animales, y de cómo la tecnología puede hacer posibles los milagros cotidianos.