La estudiante india Shreya Siddanagowder vivió un giro radical en su vida tras perder ambos brazos en un accidente de autobús en Pune, en septiembre de 2016. El vehículo volcó por imprudencia del conductor, provocándole múltiples heridas, entre ellas la amputación de sus antebrazos. La noticia fue devastadora para Shreya, quien se enfrentó a una dura recuperación física y emocional, dependiendo completamente de su madre para las tareas más básicas.
Durante su proceso de adaptación, intentó utilizar prótesis mecánicas y mioeléctricas, pero las rechazó por resultar incómodas y poco funcionales. Decidida a recuperar su independencia, comenzó a entrenar el uso de sus pies para manejar dispositivos electrónicos. Sin embargo, su verdadera esperanza llegó con la posibilidad de un trasplante de brazos.
En agosto de 2017, conoció al cirujano Subramania Iyer en Kochi y se inscribió en el sistema de donación de órganos. Contra todo pronóstico, ese mismo día apareció un donante compatible: Sachin, un joven cuya familia autorizó la donación múltiple de órganos. Shreya no dudó en aceptar los brazos masculinos, consciente del valor de recuperar la funcionalidad de sus extremidades.
La compleja operación duró cerca de 14 horas y se completó el 9 de agosto de 2017. Al despertar, Shreya expresó sentirse completa de nuevo tras casi un año sin brazos. Desde entonces, ha seguido un riguroso proceso de fisioterapia que le ha permitido recuperar su autonomía en gran parte de sus actividades diarias.
Hoy, Shreya afirma que el accidente no solo transformó su cuerpo, sino también su perspectiva de vida. Agradecida con los médicos y la familia del donante, asegura que el trasplante le devolvió la confianza y la fuerza necesarias para seguir adelante. “Ese accidente pudo haber sido el final, pero fue el comienzo de algo nuevo, mejor y hermoso”, concluye con emoción.