Emily Rogers, una joven estadounidense de 27 años, vivió una odisea médica que se prolongó durante 15 años hasta recibir finalmente el diagnóstico de endometriosis en estadio 4. Desde los 12 años, sufría dolores menstruales intensos, sangrados abundantes y otros síntomas como fatiga, náuseas, dolor pélvico y problemas intestinales, pero sus quejas fueron sistemáticamente desestimadas por los médicos como ansiedad, estrés o incluso sospechas de embarazo.
Durante su adolescencia y juventud, Emily acudió a numerosos especialistas sin éxito. Le prescribieron anticonceptivos hormonales que solo empeoraron su condición. Al ser diagnosticada, la enfermedad ya había avanzado gravemente, obligándola a someterse a múltiples cirugías para extirpar el útero, el cuello uterino, las trompas de Falopio, la vesícula biliar y parte de los intestinos. Incluso sufrió colapsos pulmonares debido a focos de endometriosis en los pulmones.
La consecuencia más dolorosa para Emily fue la pérdida de su capacidad de ser madre biológica, un sueño que siempre había tenido. Ahora, utiliza su experiencia para concienciar a otras mujeres a través de TikTok, donde comparte su historia y anima a las pacientes a exigir que sus síntomas sean documentados formalmente en los historiales médicos. Según ella, esto puede marcar la diferencia en la atención y la realización de pruebas adecuadas.
Emily quiere transformar su dolor en una herramienta de lucha y esperanza para otras mujeres. Subraya que la endometriosis no es simplemente una menstruación dolorosa, sino una enfermedad crónica que puede destruir vidas si no se trata con la seriedad que merece.