Axton Bird, un niño de 11 años que vive en Midvale, Utah (Estados Unidos), recibió una emotiva sorpresa después de que su silla de ruedas eléctrica fuera robada del aparcamiento de su casa. Axton padece artrogriposis múltiple congénita, una enfermedad genética poco común que provoca rigidez en las articulaciones y debilidad muscular, dificultando seriamente su movilidad.
El robo dejó a su familia devastada. Su padre, Jayson Bird, relató que se sintieron completamente hundidos emocionalmente tras el incidente. Sin embargo, la historia dio un giro positivo gracias a una movilización comunitaria. El grupo Disabled Outdoorsmen Utah, en colaboración con la organización Compassion Mobility, organizó la donación de una nueva silla de ruedas adaptada, que Axton puede controlar con el codo y utilizar durante muchos años.
Además del nuevo equipo, también se le entregaron dispositivos adaptados para actividades al aire libre como senderismo y caza, ampliando así su independencia. La entrega del nuevo dispositivo se realizó apenas una semana después del robo, lo que dejó a la familia profundamente emocionada y agradecida. “Ver a nuestro hijo recuperar su movilidad y autonomía con una silla increíble significa el mundo para nosotros”, expresó Jayson Bird.
Como parte del apoyo, también se llevó a cabo una campaña de recaudación de fondos que logró reunir aproximadamente 2.350 euros (unos 2.500 dólares), destinados a cubrir otros gastos de la familia. La solidaridad demostrada conmovió profundamente a los padres, quienes destacaron cómo un acto negativo puede transformarse en esperanza gracias al apoyo de la comunidad.