En 2011, Turia Pitt, exmodelo australiana e también ingeniera de minas, sufrió quemaduras en el 65% de su cuerpo tras verse atrapada por un incendio forestal durante una ultramaratón en Kimberley, Australia. El accidente cambió por completo su vida, requiriendo más de 200 cirugías y la amputación de cuatro dedos de las manos.
Durante todo ese proceso, la presencia de su marido, Michael Hoskin, fue fundamental. Compañero de toda la vida, dejó su trabajo como policía para dedicarse por completo al cuidado de su esposa, ayudándola no solo en la recuperación física, sino también en la reconstrucción de su autoestima.
La pareja se convirtió en símbolo de amor y resiliencia. Michael siempre ha insistido en que nunca pensó en abandonarla, subrayando que su compromiso va mucho más allá del aspecto físico. “Me casé con su alma, con su carácter, y es la única mujer que sigue llenando mis ojos”, declaró en una ocasión.
Turia y Michael afrontaron juntos momentos de dolor e incertidumbre, pero transformaron su trayectoria en inspiración. Hoy ella es influencer de vida fitness, comparte rutinas de carrera y muestra en redes sociales la fuerza que encontró para seguir adelante junto a su familia.