Sofia, una bebé nacida en Tangará da Serra (Mato Grosso, Brasil), desafió todas las probabilidades médicas al sobrevivir tras nacer con tan solo 24 semanas de gestación y un peso de 460 gramos. Según los médicos, sus posibilidades de supervivencia eran de apenas un 1%, pero tras 145 días ingresada en la unidad de cuidados intensivos neonatales, recibió el alta y volvió a casa en brazos de su madre, Amanda.
El parto se produjo en el Hospital y Maternidad Santa Ângela, después de que Amanda fuera hospitalizada por un cuadro grave de preeclampsia, con una presión arterial de 22 por 9. Durante su estancia en la UCI, la pequeña Sofia enfrentó complicaciones críticas, como hemorragia pulmonar e infecciones. El doctor Vanderlei, quien lideró el equipo médico, subrayó que su recuperación fue un verdadero milagro y el resultado del trabajo incansable de un amplio equipo profesional.
Amanda, profundamente afectada por la experiencia, afirmó que su fe fue fundamental durante el proceso. “Me aferré a Dios. Ese 1% de los médicos era 100% para Dios”, declaró. Durante el alta hospitalaria, expresó su profunda gratitud al equipo médico, describiéndolos como “ángeles en la Tierra” y asegurando que ahora forman parte de su familia.
Este caso ha conmovido a miles de personas en redes sociales, donde Amanda ha compartido parte del proceso. Aunque no se mencionan los costes médicos, tratamientos de este tipo suelen superar fácilmente los 100.000 reales brasileños, lo que equivale aproximadamente a 18.500 euros, dependiendo del tipo de atención y duración del ingreso.
La historia de Sofia es un testimonio de esperanza, fe y de la importancia del trabajo multidisciplinar en la medicina neonatal. Su recuperación no solo representa un triunfo médico, sino también una historia de amor materno y resiliencia frente a lo imposible.