En un caso que ha conmovido a Brasil, la pequeña Sofia nació en Tangará da Serra (Mato Grosso) con solo 24 semanas de gestación y un peso de apenas 460 gramos. Las probabilidades de supervivencia eran de apenas un 1%, según los médicos. Sin embargo, tras 145 días ingresada en la UCI neonatal, la bebé ha recibido el alta médica y ya se encuentra en casa con su madre, Amanda.
El parto tuvo lugar en el Hospital y Maternidad Santa Ângela, después de que Amanda fuera ingresada de urgencia con un cuadro grave de preeclampsia y una presión arterial extremadamente alta (22/9). A pesar del pronóstico sombrío, Amanda mantuvo su fe y se aferró a la esperanza, declarando que “ese 1% para los médicos, para Dios era 100%”.
Durante su estancia en la UCI, Sofia enfrentó complicaciones severas como una hemorragia pulmonar y una infección, pero logró superarlas gracias al trabajo de un equipo médico multidisciplinar. El doctor Vanderlei, responsable del caso, destacó el esfuerzo colectivo y calificó la recuperación de la bebé como un milagro.
Amanda expresó su profunda gratitud al personal sanitario, a quienes describió como “ángeles en la tierra”. Afirmó que muchos de los profesionales se convirtieron en parte de su familia durante los casi cinco meses de hospitalización. “Estoy muy agradecida a la UCI neonatal, allí mi hija tiene muchas tías y madres que la cuidaron”, dijo emocionada.
Este caso pone de relieve no solo los avances en neonatología, sino también la importancia de la fe, el apoyo familiar y el trabajo en equipo en situaciones críticas. Aunque no se han detallado los costes médicos, tratamientos prolongados en UCI neonatal pueden superar fácilmente los 100.000 reales brasileños, lo que equivaldría a unos 18.000 euros, dependiendo del tipo de atención y duración del ingreso.