Muelle de Puerto López, Manabí, tras la masacre que acabó con seis vidas. (Foto: Instagram)
En la madrugada del domingo 28 de diciembre, seis personas —entre ellas una madre y su hijo de dos años— fueron asesinadas a tiros en una zona de venta de mariscos de la playa de Puerto López, en la provincia de Manabí (Ecuador). Según el diario regional El Diario, los atacantes, armados con fusiles de alto calibre, dispararon de forma indiscriminada desde una camioneta y varias motocicletas en este enclave turístico y pesquero.
La Policía Nacional atribuye la masacre a luchas internas por el control territorial tras la fragmentación de la organización criminal Los Choneros, activa en varias provincias costeras. El ministro del Interior, John Reimberg, se desplazó al lugar para reforzar el operativo y coordinar la investigación, advirtiendo en su cuenta de Twitter que “no habrá impunidad” y que los responsables serán localizados “se oculten donde se oculten”.
Se baraja que el motivo sea la venganza por el asesinato, la noche anterior, de dos presuntos líderes de banda en las inmediaciones de la playa. Tras los tiroteos, familiares de las víctimas impidieron la remisión de los cadáveres al Instituto Médico Legal de Manta, desviando la ambulancia y reclamando el traslado de los cuerpos a domicilios particulares.
Este episodio se enmarca en una ola de violencia que, vinculada a cambios en las rutas del narcotráfico, ha disparado los homicidios en Ecuador en un 588% entre 2019 y 2024, situando al país entre los más violentos de América Latina.
