
Río de lava y ceniza brota del cráter nordeste del Etna (Foto: Instagram)
El volcán Etna, el mayor y más activo de Europa, volvió a mostrar actividad eruptiva desde su cráter nordeste el pasado fin de semana, con la expulsión de material incandescente, cenizas y un flujo de lava de unos 1,8 kilómetros de longitud. Tras casi 28 años de relativa calma en esa zona, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV) registró el inicio de “poderosas explosiones” que arrojaron piroclastos sobre todo el cono volcánico. También se observó una intensa emisión de humo desde una abertura en la ladera superior de otra bocca y explosiones esporádicas en la Bocca Nuova, que lanzaron fragmentos incandescentes decenas de metros por encima del borde.
La Protección Civil elevó el nivel de alerta de verde a amarillo (segundo de cuatro), activando preparativos para una posible emergencia y enfatizando la necesidad de rescate y protección de senderistas que ascienden al volcán. Paralelamente, el INGV amplió a rojo (máximo) el aviso para la aviación, aunque hasta ahora las operaciones en el aeropuerto de Catania-Fontanarossa no se han visto afectadas. Con casi 3.400 metros de altitud y erupciones frecuentes, el Etna se renueva constantemente y atrae a numerosos visitantes, pese a las variaciones de su relieve y actividad. Las autoridades sicilianas mantienen la población informada y recomiendan seguir sus indicaciones ante posibles cambios en el comportamiento del volcán.


