Maduro y Trump frente a frente: la tensión entre Caracas y Washington escala por el petróleo. (Foto: Instagram)
En medio de una creciente tensión con Estados Unidos, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha ordenado que la Marina escolte a los buques que transportan derivados del petróleo desde los puertos del país. Esta decisión se produce tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer sanciones a las embarcaciones implicadas en el comercio petrolero venezolano.
Trump declaró el martes 16 de diciembre que todos los navíos sancionados que entren o salgan de Venezuela con petróleo quedan oficialmente bloqueados. Como respuesta, varias embarcaciones escoltadas por la Armada venezolana han partido hacia Asia, aunque ninguna de ellas figura en la lista de sancionados por Washington, según informa The New York Times.
Estados Unidos mantiene actualmente la Operación Lanza del Sur en la región, con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico. En el marco de esta operación, alrededor de 26 embarcaciones han sido atacadas en aguas del Caribe y del Pacífico, acusadas de transportar drogas hacia territorio estadounidense.
Maduro, heredero político de Hugo Chávez, es el principal blanco de las amenazas de la Casa Blanca. Washington lo acusa de liderar el cartel de Los Soles, recientemente designado como organización terrorista internacional por el gobierno de Trump. Además, el mandatario republicano ha insinuado que las operaciones militares estadounidenses podrían ampliarse desde el mar hasta tierra firme.
Según datos citados en la misma publicación, aproximadamente un 40% de los buques que han transportado crudo venezolano en los últimos años han sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos. Esta presión ha afectado gravemente a la economía venezolana, cuya dependencia del petróleo es crítica, con el barril cotizando actualmente en torno a los 70 euros.
La escalada de medidas por parte de Washington y la respuesta militar de Caracas aumentan la incertidumbre en una región ya marcada por la inestabilidad política y económica, con posibles repercusiones en los mercados energéticos globales.
