
Australia recibe a los primeros refugiados climáticos de Tuvalu bajo un histórico acuerdo humanitario. (Foto: Instagram)
La primera oleada de refugiados climáticos procedentes de Tuvalu, una pequeña nación insular del Pacífico en grave riesgo de desaparecer por la subida del nivel del mar, ha llegado a Australia. Este movimiento migratorio se produce en el marco de un acuerdo bilateral firmado hace dos años, que permite la concesión de hasta 280 visados anuales a ciudadanos tuvaluanos para evitar una fuga de cerebros.
Tuvalu, compuesto por atolones bajos entre Australia y Hawái, enfrenta una amenaza existencial debido al cambio climático. La NASA advierte que, si el nivel del mar sube un metro para 2050, la mitad del atolón principal, Funafuti, quedará sumergido, y en el peor de los casos, el 90% del territorio podría desaparecer en 25 años.
La iniciativa australiana, considerada el primer “visado climático” del mundo, garantiza residencia permanente a los tuvaluanos y ofrece lo que el gobierno llama “movilidad con dignidad”. Los beneficiarios podrán vivir, trabajar y estudiar en Australia antes de que la situación se vuelva insostenible en su país de origen.
Manipua Puafolau, un pastor en formación, es uno de los primeros migrantes en instalarse en la ciudad de Naracoorte, en el estado de Australia del Sur, donde ya reside una comunidad pacífica dedicada a la agricultura y el procesamiento de carne. Otros, como la dentista Masina Matolu y el conductor de carretilla elevadora Kitai Haulapi, se trasladarán a Darwin y Melbourne respectivamente, buscando empleo y mejores condiciones de vida para sus familias.
La ministra de Exteriores australiana, Penny Wong, destacó que estos migrantes aportarán a la sociedad australiana y subrayó el valor humano y cultural de la iniciativa. Por su parte, el primer ministro de Tuvalu, Feleti Teo, visitó recientemente a sus ciudadanos en Melbourne para reforzar los vínculos culturales en la diáspora.
El programa de visados climáticos representa un modelo pionero de respuesta humanitaria ante los efectos del cambio climático, ofreciendo una alternativa segura y digna a poblaciones vulnerables cuya existencia está amenazada por la crisis ambiental global.


