Marines estadounidenses durante maniobras militares en el Caribe. (Foto: Instagram)
En medio de una creciente movilización militar de Estados Unidos en América Latina, el presidente Donald Trump ha intensificado las maniobras en la región del Caribe, incluyendo ejercicios militares que simulan operaciones reales y el entrenamiento de marines estadounidenses en el uso de drones de ataque. Según el Comando Sur de Estados Unidos (Southcom), los entrenamientos se llevaron a cabo entre el 15 y el 25 de noviembre en el campo de instrucción Camp Santiago, en Puerto Rico.
Durante estas maniobras, los militares de la 22ª Unidad Expedicionaria del Cuerpo de Marines operaron drones Archer, fabricados por la empresa norteamericana Neros. Estos drones, equipados con tecnología de Visión en Primera Persona (FPV), permiten a los operadores controlar los dispositivos mediante gafas especiales que transmiten imágenes en tiempo real. Los Archer pueden transportar hasta 2 kg de explosivos y tienen un alcance de aproximadamente 20 km. Este tipo de tecnología ya ha sido utilizada en Ucrania, donde se ha vuelto esencial en el conflicto con Rusia. En febrero, Neros firmó un contrato para suministrar 6.000 unidades a las fuerzas ucranianas.
Estas acciones se enmarcan en una ofensiva más amplia liderada por Trump desde agosto, cuando ordenó el despliegue de una flota naval en el Caribe con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico. La operación incluye cazas F-35, un submarino nuclear y el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo. Desde entonces, el Pentágono ha informado del bombardeo de al menos 23 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, aunque no se han presentado pruebas concluyentes que vinculen estos barcos con el tráfico de drogas.
Paralelamente, Trump ha redoblado sus amenazas contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar el cartel de Los Soles, recientemente designado como organización terrorista por Estados Unidos. En una entrevista con Politico, el mandatario estadounidense declaró que “los días de Maduro están contados”, insinuando la posibilidad de una intervención terrestre en Venezuela.
