Una empresa farmacéutica estadounidense, Okava Pharmaceuticals, ha iniciado pruebas con un revolucionario implante subcutáneo llamado MEOW-1, diseñado para combatir la obesidad en mascotas, especialmente gatos. Este dispositivo, apodado como la “caneta emagrecedora para pets”, libera gradualmente un medicamento agonista de GLP-1, similar al utilizado en humanos en las conocidas “canetas del adelgazamiento”.
El estudio actual involucra a unos 50 gatos que están siendo monitoreados durante seis meses. La intención de la compañía es permitir que los animales pierdan peso sin depender exclusivamente de dietas estrictas o rutinas de ejercicio, que suelen ser difíciles de mantener tanto para los dueños como para las mascotas.
Además de facilitar la pérdida de peso, el MEOW-1 podría ofrecer beneficios adicionales para la salud de los animales, como el control de la diabetes, problemas renales y una mejora general en la calidad y esperanza de vida.
Sin embargo, la iniciativa ha generado controversia entre veterinarios y especialistas. Muchos advierten que el uso de medicamentos no aborda la raíz del problema: los hábitos y comportamientos de los dueños. Alimentaciones excesivas, falta de actividad física y una vida sedentaria siguen siendo las principales causas del sobrepeso en mascotas.
Los críticos temen que el implante se convierta en un “atajo fácil” que fomente la negligencia por parte de los tutores, relegando la responsabilidad de una alimentación equilibrada y el estímulo físico. Recomiendan que la prioridad siga siendo una dieta saludable, juegos, paseos y un seguimiento veterinario regular.
A pesar de las preocupaciones, Okava espera lanzar el MEOW-1 al mercado en 2027, lo que podría suponer una revolución en el cuidado de la salud animal. La gran incógnita es si esta “caneta milagrosa” representará un verdadero avance o si se convertirá en una excusa para no asumir responsabilidades en la crianza de las mascotas.
