Amie Barnes, una mujer británica de 37 años y madre de tres hijos, fue hallada sin vida en la cama de su pareja en Lancashire, Inglaterra, tras haber ingerido una cantidad excesiva de medicamentos para tratar dolores crónicos en la espalda. La información salió a la luz durante una audiencia oficial sobre las causas de su fallecimiento.
La noche anterior a su muerte, Amie compartió una cena con su novio Jack, que incluyó vino y comida para llevar, antes de irse a dormir. A la mañana siguiente, Jack se marchó temprano al trabajo y, al regresar por la tarde, encontró a Amie sin signos vitales.
Amie trabajaba como matrona y era muy querida tanto por sus colegas como por sus pacientes. La noticia de su muerte causó gran consternación entre familiares y amigos, quienes la describieron como una mujer amorosa y dedicada.
El informe del forense reveló que Amie había consumido una combinación de analgésicos recetados, lo cual pudo haber provocado una reacción fatal. Padecía dolores de espalda desde hacía años y recurría con frecuencia a medicamentos para sobrellevar el malestar. Las autoridades descartaron cualquier indicio de suicidio o intervención de terceros, calificando el caso como una tragedia accidental.
La familia de Amie ha hecho un llamamiento público para concienciar sobre los riesgos del uso prolongado de medicamentos potentes sin un control médico adecuado. Asimismo, las autoridades locales han reiterado la importancia de seguir las dosis recomendadas y considerar terapias alternativas seguras.
El hospital donde trabajaba Amie y sus allegados han rendido homenaje a su memoria a través de mensajes emotivos en redes sociales. Su pareja, Jack, visiblemente afectado, ofreció un testimonio conmovido sobre los momentos felices que compartieron.


