Un crimen atroz ha conmocionado a Brasil, específicamente en la ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais. Un hombre de 53 años fue acusado de tortura y secuestro tras agredir brutalmente a su pareja de 46 años, llegando al extremo de arrancarle y tragarse parte de su boca. El ataque ocurrió el pasado 23 de noviembre y, según las autoridades, fue motivado por celos.
De acuerdo con la investigación de la Delegación Especializada en Atención a la Mujer, el agresor encerró a la víctima en casa antes de iniciar una serie de ataques violentos. La mujer fue sometida a un sufrimiento físico y psicológico extremo, incluyendo amenazas, restricción de libertad y la imposibilidad de defenderse. Las lesiones provocadas fueron tan graves que la mutilación fue confirmada como permanente.
La delegada a cargo del caso calificó el acto como “un comportamiento deshumanizado” y subrayó que ninguna emoción, ni siquiera los celos, puede justificar una agresión de tal magnitud. En una declaración oficial, afirmó: “Ninguna mujer es propiedad de ningún hombre. Ningún motivo, inclusive los celos, autoriza agresiones”.
El informe policial también confirmó que, además de la tortura, la víctima fue mantenida en cautiverio, lo que agrava aún más la situación legal del agresor. La gravedad de las heridas y el peligro de muerte que enfrentó la víctima han acelerado los esfuerzos para que el responsable sea detenido y juzgado con urgencia.
Este caso ha generado una ola de indignación en redes sociales y ha reavivado el debate sobre la violencia de género en Brasil. Diversas organizaciones de derechos humanos y activistas han exigido medidas más eficaces por parte del Estado para proteger a las víctimas y fomentar la denuncia temprana de cualquier indicio de violencia.
Actualmente, la víctima continúa hospitalizada, recibiendo atención médica y apoyo psicológico. Las autoridades instan a la ciudadanía a denunciar cualquier caso de violencia llamando al 190 o 180, o acudiendo a la comisaría especializada más cercana.


