D.J. Carey, leyenda del hurling irlandés y figura destacada del equipo Kilkenny, ha sido condenado a cinco años y medio de prisión por un escándalo de fraude que ha conmocionado a Irlanda. Entre 2014 y 2022, Carey engañó a al menos 22 personas, incluyendo al empresario Denis O’Brien, fingiendo padecer cáncer y solicitando dinero para supuestos tratamientos médicos. En total, llegó a recaudar alrededor de €190.000 euros.
Para hacer más creíble su engaño, Carey llegó incluso a tomarse una selfie simulando estar hospitalizado, utilizando un cable de cargador en el rostro para aparentar que estaba conectado a equipos médicos. Esta imagen fue clave para convencer a amigos, familiares y conocidos de su delicado estado de salud, lo que facilitó que muchos de ellos contribuyeran económicamente.
Durante el juicio en Dublín, la corte irlandesa subrayó que Carey abusó de la confianza de su entorno más cercano, aprovechando su reputación pública y sus logros deportivos para fortalecer la credibilidad del fraude. El juez destacó la gravedad del caso, en especial por el daño emocional causado a las víctimas, muchas de las cuales mantenían vínculos personales con el acusado.
La condena marca un final amargo para la carrera de Carey, quien fue considerado uno de los grandes del hurling, con múltiples títulos All-Ireland y premios All-Star. La comunidad deportiva irlandesa se ha mostrado consternada por la caída de uno de sus ídolos, ahora convertido en símbolo de decepción y engaño.
Este caso pone de manifiesto que ni la fama ni el prestigio protegen a nadie de las consecuencias legales cuando se cometen delitos financieros, y sirve como advertencia sobre los riesgos de confiar ciegamente en figuras públicas.
