Nicolás Maduro durante un discurso en medio de crecientes tensiones geopolíticas. (Foto: Instagram)
Un avión oficial del gobierno venezolano, previamente utilizado por el presidente Nicolás Maduro, aterrizó el viernes 28 de noviembre en la ciudad de Santa Elena de Uairén, ubicada en la frontera con Brasil. El vuelo fue detectado por plataformas de monitoreo aéreo como ADS-B Exchange y FlightRadar, y se produjo en un contexto de creciente tensión militar con Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump.
La aeronave, un Airbus A319-133 con matrícula YV2984, permaneció en el aeropuerto durante unos 40 minutos antes de regresar a Caracas, capital de Venezuela. La ciudad fronteriza donde aterrizó se encuentra a unos 250 km de Pacaraima, en el estado brasileño de Roraima, lo que equivale a unas tres horas por carretera.
Este movimiento aéreo ocurrió tan solo un día antes de que el presidente Donald Trump anunciara el cierre completo del espacio aéreo venezolano, como parte de una advertencia directa a aerolíneas, pilotos y organizaciones criminales. “Consideren el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela completamente cerrado”, declaró Trump el sábado 29 de noviembre, en medio de un aumento de la presencia militar estadounidense en el mar Caribe.
La aeronave en cuestión ya había sido utilizada por Maduro durante su visita a Brasil en 2023, cuando participó en la cumbre de presidentes sudamericanos. No se ha confirmado si el mandatario venezolano se encontraba a bordo en este último vuelo. En su viaje anterior, el Airbus fue escoltado por otra aeronave cuya información fue clasificada, impidiendo conocer incluso el modelo.
Cabe destacar que en 2020, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos sancionó este avión, registrado bajo la aerolínea estatal venezolana Conviasa. Por tanto, si la aeronave entra en territorio estadounidense o de sus aliados, corre el riesgo de ser incautada.
Este episodio añade una nueva capa de incertidumbre en las ya tensas relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, y plantea interrogantes sobre los movimientos estratégicos de Caracas ante las amenazas de Washington.
