
Un bombero evacúa a una niña tras un ataque ruso en Kiev, el 25 de noviembre. (Foto: Instagram)
En la madrugada del martes 25 de noviembre, Rusia lanzó una nueva oleada de ataques aéreos masivos contra infraestructuras energéticas clave en Ucrania, incluyendo la capital, Kiev. Las autoridades ucranianas informaron de al menos seis muertos y múltiples interrupciones en el suministro de agua y electricidad. El Ministerio de Energía de Ucrania confirmó que se trató de un ataque combinado dirigido específicamente contra el sistema energético del país.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andriy Sybiga, calificó los bombardeos como una "respuesta terrorista" del presidente ruso, Vladimir Putin, al plan de paz propuesto por Estados Unidos y el presidente Donald Trump. El plan, que contempla la cesión de territorios ucranianos, fue rechazado por Kiev por considerarlo una rendición. A pesar de que Moscú había mostrado apertura hacia el texto original, rechazó una contrapropuesta europea presentada en Ginebra por considerarla contraria a sus intereses.
Mientras tanto, Ucrania también ha intensificado sus ataques en territorio ruso. En la noche del 24 al 25 de noviembre, un ataque aéreo ucraniano en Taganrog, cerca del Mar de Azov, dejó al menos tres muertos y ocho heridos. En la región de Krasnodar, en el Mar Negro, se reportó uno de los ataques más prolongados hasta la fecha, con seis heridos y daños en al menos 20 viviendas.
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, Moscú ha atacado sistemáticamente plantas energéticas ucranianas, provocando apagones generalizados, situación que se agrava con la llegada del invierno. Este año, los ataques también se han dirigido a infraestructuras de gas.
La Casa Blanca reafirmó que la soberanía de Ucrania sigue siendo un punto central en cualquier negociación, mientras que Rusia ha amenazado con intensificar los bombardeos si Kiev no acepta el plan de 28 puntos presentado inicialmente por el presidente Trump.


