El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky durante una rueda de prensa, tras los bombardeos sobre Kiev. (Foto: Instagram)
La capital ucraniana, Kiev, fue blanco de intensos bombardeos en la madrugada del lunes 24 de noviembre, según confirmó la Fuerza Aérea de Ucrania. El ataque incluyó el lanzamiento de misiles hipersónicos Kinzhal, misiles de crucero y drones Shahed por parte de Rusia, en una ofensiva que afectó también a otras regiones del país. Las explosiones comenzaron alrededor de la 1:00 de la madrugada (hora local), con nuevos estallidos registrados a las 1:28.
Las autoridades ucranianas activaron de inmediato sus sistemas de defensa aérea. El alcalde de Kiev, Vitalii Klitschko, informó que los sistemas antiaéreos estaban operando y que los equipos de emergencia fueron desplegados para atender posibles daños y víctimas. Tymur Tkachenko, jefe de la administración militar de la ciudad, confirmó que el distrito de Darnytskyi fue alcanzado por los misiles rusos.
Momentos antes del ataque, Tkachenko había emitido una alerta por amenaza de misiles balísticos, tras detectar el despegue de bombarderos MiG-31 desde bases rusas. Esta ofensiva se produjo apenas horas después de que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, hiciera un llamamiento público para detener los ataques, en medio de un contexto de negociaciones entre Estados Unidos, Europa y Ucrania para alcanzar un posible acuerdo de paz.
Zelensky declaró: “Si realmente estamos caminando para encerrar la guerra, entonces no debe haber misiles, ni ataques masivos contra nuestro pueblo”. A pesar de sus palabras, el ataque demuestra que las tensiones siguen siendo elevadas y que el camino hacia la paz aún enfrenta serios obstáculos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado involucrado en las conversaciones de paz, presentando propuestas que han generado reacciones mixtas en la comunidad internacional. Mientras tanto, la población de Kiev continúa viviendo bajo la amenaza constante de nuevos bombardeos.
