Un equipo de arqueólogos rusos y kirguises ha revelado el hallazgo de una ciudad sumergida bajo las aguas del Lago Issyk Kul, en Kirguistán, que habría permanecido oculta durante más de cinco siglos. Situado en las montañas Tianshan, este lago ocupa una posición estratégica en la histórica Ruta de la Seda, lo que sugiere que la ciudad desempeñó un papel clave en el comercio entre Asia y Europa.
Las investigaciones, lideradas por el arqueólogo Valery Kolchenko, comenzaron con el mapeo de cuatro áreas subacuáticas. En una de ellas, los buzos localizaron muros de ladrillo y una posible estructura de molino de harina, además de construcciones de piedra y madera que evidencian planificación urbana. En otra zona, se identificaron sepulturas musulmanas con elementos característicos de la época.
La tercera área reveló un extenso cementerio, mientras que la cuarta mostró edificaciones circulares y rectangulares construidas con ladrillos de barro, una técnica habitual en la Asia Central medieval. La Sociedad Geográfica de Rusia confirmó que los artefactos hallados respaldan la existencia de una ciudad completa sumergida bajo el lago.
El Lago Issyk Kul, uno de los más profundos del mundo y sin salida natural, podría estar conectado a ríos subterráneos, según algunas teorías. Desde la Edad Media, el nivel del agua ha ido en aumento, lo que habría provocado el anegamiento progresivo de la ciudad. Además, estudios apuntan a que un terremoto en el siglo XV forzó a los habitantes a abandonar el lugar antes de su destrucción definitiva.
Tras el desastre, pequeñas comunidades se asentaron en las orillas del lago, formando aldeas que aún perduran. Mientras tanto, los restos de esta ciudad olvidada permanecieron ocultos hasta que la ciencia moderna los trajo de nuevo a la luz, generando comparaciones con la mítica Atlántida.


