Jaclyn Hayes Lin, una estadounidense de 37 años, se encontraba en su segundo embarazo cuando comenzó a notar síntomas inusuales. A diferencia de su primera gestación, no tenía apetito ni aumentaba de peso. Aunque su obstetra le aseguró que cada embarazo es diferente, Jaclyn empezó a experimentar síntomas similares a los de una gripe, acompañados de fuertes dolores de espalda que la llevaron a urgencias en tres ocasiones. En todas ellas, fue diagnosticada con una infección urinaria y tratada con antibióticos.
Semanas después, los síntomas regresaron y, pese a nuevos exámenes, fue nuevamente dada de alta. Un mes más tarde, su estado empeoró con fiebre alta, escalofríos y dolores intensos, lo que motivó un nuevo ingreso hospitalario. Fue entonces cuando los médicos detectaron un tumor en el páncreas con metástasis en el hígado, mientras Jaclyn se encontraba en la semana 32 de embarazo.
Los médicos consideraron realizar una biopsia durante la gestación, pero el anestesista se negó por precaución. Finalmente, se decidió inducir el parto de forma urgente. En septiembre de 2023, Jaclyn dio a luz a una niña sana con 37 semanas de gestación.
Tras el parto, comenzó inmediatamente el tratamiento con quimioterapia, ya que el cáncer se encontraba en estadio 4 y era del tipo más agresivo. Su hígado estaba tres veces más grande de lo normal. Luego de 44 sesiones de quimioterapia, en mayo de 2025 inició un nuevo tratamiento con anticuerpos monoclonales.
Aunque no hay cura para su enfermedad, Jaclyn logró reducir el tamaño del tumor en un 40% y afirma sentirse mucho mejor. Actualmente se somete a controles trimestrales y mantiene una actitud positiva, a pesar de que solo el 3% de los pacientes con su tipo de cáncer sobreviven más de cinco años. “Quiero ser un ejemplo para mis hijas y demostrar que se puede afrontar la adversidad con valentía”, declaró.


