Camila Bernal, una colombiana de 31 años residente en Melbourne, Australia, dejó atrás su carrera soñada en diseño gráfico para adentrarse en el mundo de la construcción civil. Hoy, lidera su propio negocio de calafetado —una especialidad que consiste en sellar uniones y superficies para proteger edificios del agua y el aire— y ha alcanzado ingresos de seis cifras anuales, lo que equivale a más de 100.000 dólares australianos, aproximadamente 61.000 euros.
Su incursión en este sector comenzó gracias a la sugerencia de un amigo mientras trabajaba en el área de hospitalidad. A pesar de no tener experiencia previa, Camila aceptó el reto y pronto se enamoró del oficio. “Agarrei la oportunidad y realmente me apasioné por mi trabajo”, declaró. Su perfeccionismo y dedicación la han llevado a consolidar un negocio exitoso en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres.
La transición profesional fue natural, según explica, ya que había perdido el interés por el diseño gráfico. Sin embargo, el trabajo físico intenso le ha pasado factura: en 2021 fue diagnosticada con escoliosis, una condición que le provoca dolores crónicos. A pesar de las recomendaciones médicas de abandonar la actividad, Camila insiste en continuar. “Jamás dejaría lo que hago”, afirma con determinación.
Para sobrellevar el dolor, ha adoptado una rutina de autocuidado que incluye estiramientos, masajes, baños calientes y suplementos vitamínicos. “La construcción es dura, pero cuido mi cuerpo lo mejor que puedo”, añade.
Camila celebra no solo su independencia económica, sino también su papel como mujer en un sector exigente. “Nunca imaginé que mi vida tomaría este rumbo, pero no me arrepiento ni un segundo”, concluye orgullosa.


                            
                            
                            
                            
                            
                            