Gabriel Yates, un adolescente de 15 años de Nápoles, Florida, comenzó a notar que algo no iba bien cuando su estatura lo obligaba a agacharse para pasar por las puertas del colegio. Con una altura de 2,18 metros, sospechó que su crecimiento acelerado podía deberse a una causa médica. Tras investigar por su cuenta, consideró la posibilidad de padecer gigantismo, una condición extremadamente rara provocada por el exceso de la hormona del crecimiento.
Inicialmente descartado por los médicos, el diagnóstico fue confirmado en abril tras nuevos exámenes que revelaron niveles hormonales tres veces superiores a lo normal y un tumor del tamaño de una uva presionando su nervio óptico. La cirugía para remover el tumor se realizó en agosto en el Hospital Johns Hopkins All Children’s, en St. Petersburg.
Gabriel expresó alivio al conocer la causa de su torpeza y cansancio físico. Según su madre, Tara Sargent, el crecimiento inusual comenzó a los 12 años y se aceleró durante la pubertad. La endocrinóloga Vibha Singhal, de la Universidad de California (UCLA), explicó que el gigantismo suele diagnosticarse tarde, ya que el único síntoma temprano es una estatura superior a la media. Aunque existen tratamientos, la enfermedad requiere seguimiento de por vida.
Además de los desafíos médicos, Gabriel enfrenta dificultades cotidianas como encontrar ropa y calzado adecuados. Recientemente, el equipo de baloncesto Orlando Magic le donó zapatillas hechas a medida a través de la ONG Laces of Love.
Pese a las adversidades, Gabriel mantiene una vida activa: asiste al colegio, participa en teatro y sueña con ser paleontólogo. También cuida de sus hermanos menores y se prepara para aprender a conducir, aunque su estatura supone un reto adicional en el coche. Su familia ha lanzado una campaña de recaudación que ya ha conseguido más de 5.000 dólares (aproximadamente 4.700 euros) para cubrir los gastos médicos.


