Una familia estadounidense vivió una experiencia médica extraordinaria al descubrir que cuatro de sus hijas padecían la misma condición neurológica rara: la malformación de Chiari. Esta anomalía, que provoca que el cerebro presione la médula espinal por no encajar adecuadamente en el cráneo, puede generar dolores intensos, debilidad, escoliosis e incluso parálisis si no se trata a tiempo.
La historia comenzó con Austyn, la hija menor de Paul y Ashlee Higginbotham, quienes tienen seis hijos. Desde su nacimiento, Austyn presentaba síntomas inusuales como llanto constante, insomnio, falta de sonrisas y temblores. Tras múltiples intentos fallidos de tratamiento, un examen genético a los 18 meses reveló la malformación. Fue operada en Nueva York por el neurocirujano Dr. Jeffrey Greenfield, y tras la intervención mostró una notable mejoría.
Sin embargo, la tranquilidad duró poco. Amelia, de tres años, comenzó a mostrar síntomas similares y fue diagnosticada no solo con la misma malformación, sino también con médula anclada, lo que requirió otra cirugía compleja. Poco después, Aubrey, la tercera hija, empezó a sufrir cambios de comportamiento e infecciones urinarias recurrentes, también relacionadas con la misma condición. Ella también fue intervenida quirúrgicamente.
En noviembre de 2023, las tres niñas ya habían sido operadas cuando la hija mayor, Adalee, de 11 años, fue también diagnosticada con la misma malformación. Su caso sorprendió a los médicos, ya que menos del 10% de los casos de Chiari son de origen genético.
Actualmente, Austyn (4), Amelia (6), Aubrey (9) y Adalee (12) se encuentran en proceso de recuperación. La madre, Ashlee, expresó su alivio y gratitud: “Recuperamos a nuestra familia, y eso es el mayor regalo que podríamos haber recibido”.
