La periodista estadounidense Shannel Pearman, de 29 años, vivió una experiencia traumática apenas una semana después de dar a luz a su primer hijo en Baltimore. Lo que debía ser un momento de felicidad se transformó en una lucha por la vida, tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) hemorrágico debido a una complicación posparto.
El 1 de junio de 2019, Shannel despertó con un fuerte dolor de cabeza y visión borrosa. Al notar la pérdida parcial de la visión, contactó con su madre, enfermera, quien insistió en llevarla al hospital. Aunque había experimentado hinchazón y presión alta al final del embarazo, los médicos lo consideraron normal y la enviaron a casa tras el parto.
En el hospital, pasó horas sin diagnóstico hasta que su madre exigió una tomografía, la cual reveló una hemorragia cerebral causada por la ruptura de un vaso sanguíneo. Fue sometida a una cirugía de emergencia en la que se le retiró parte del cráneo para aliviar la presión. Al despertar, había perdido la visión periférica y tuvo que reaprender tareas básicas.
Durante su recuperación, su marido Jared aprendió a usar una bomba de leche para alimentar al bebé, con ayuda de la familia. Shannel fue dada de alta días después, aunque tuvo que llevar un casco protector hasta una nueva intervención dos meses más tarde.
Actualmente, a los 35 años, Shannel vive con secuelas cognitivas y migrañas, pero ha convertido su historia en una herramienta de concienciación sobre el ACV y la salud materna a través de las redes sociales. Uno de sus vídeos, donde lucha por recordar el nombre del color amarillo, superó los seis millones de visualizaciones. “Elegí vivir. Quiero disfrutar lo que tengo, porque mi yo del pasado estaría orgullosa”, afirmó.