Tobi, un niño británico de 8 años que nació sin uno de sus brazos, ha recibido una prótesis personalizada construida con piezas de Lego. El dispositivo fue desarrollado especialmente para él por el Portsmouth Enablement Centre (PEC) en el Reino Unido, y refleja su pasión por los bloques de construcción. Esta prótesis no solo le ha facilitado realizar tareas cotidianas, sino que también se ha convertido en un símbolo de inclusión, autoestima y orgullo personal.
La madre de Tobi, Debra, destacó el compromiso del equipo médico con los deseos del niño: “Escucharon realmente lo que Tobi quería y hicieron todo lo posible para que se hiciera realidad. Su nuevo brazo con temática de Lego ha sido increíble; no solo le ayuda en el día a día, sino que le encanta mostrarlo”.
El PEC, gestionado por el Steeper Group en colaboración con el Portsmouth Hospitals University NHS Trust, se especializa en crear prótesis que reflejan los intereses personales de cada paciente. Han desarrollado modelos inspirados en equipos de fútbol, personajes de ficción e incluso mascotas. Según Lucy Riddle, gerente clínica del centro, el confort y la identificación personal son claves para el bienestar emocional de los usuarios. “Nuestros técnicos disfrutan siendo creativos, ya sea diseñando miembros con superhéroes o incorporando fotos familiares. La mayor recompensa es ver el impacto positivo que tiene en la vida de alguien”, afirmó.
Debra también elogió el trato recibido por su hijo durante todo el proceso, resaltando el ambiente de inclusión y cuidado que ofreció el equipo médico. Esta experiencia no solo ha mejorado la funcionalidad de Tobi, sino que ha reforzado su confianza y felicidad.
El caso de Tobi pone de relieve la importancia de la personalización en la tecnología médica infantil, demostrando cómo la creatividad puede transformar la vida de los más pequeños, proporcionándoles herramientas que van más allá de lo funcional para convertirse en elementos de identidad y empoderamiento.