Nevin Shoker, un joven californiano de 29 años, vivió una odisea médica que culminó en el diagnóstico de un linfoma de Hodgkin en estadio 4. Todo comenzó con una tos persistente y severa que los médicos inicialmente minimizaron. Con el tiempo, los síntomas se agravaron: picor extremo en las piernas, fatiga y sudores nocturnos, que fueron atribuidos erróneamente a una simple irritación cutánea.
A pesar de sus quejas, no fue hasta que aparecieron bultos visibles en el cuello y la axila —uno del tamaño de una pelota de golf— que los profesionales sanitarios comenzaron a tomarlo en serio. Tras cinco meses de espera, finalmente recibió el diagnóstico correcto.
El linfoma de Hodgkin, según explicó el hematólogo Shalin Kothari del Yale Cancer Center, se manifiesta con un aumento indoloro de los ganglios linfáticos, además de fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. Aunque el pronóstico puede ser grave en fases avanzadas, la tasa de curación es alta, en torno al 90%.
Tras el diagnóstico, Shoker aún tuvo que esperar dos meses más para iniciar la quimioterapia debido a retrasos del seguro médico. Para sobrellevar la ansiedad, recurrió a ChatGPT, que le proporcionó información alentadora sobre las tasas de éxito del tratamiento.
Actualmente, comparte su experiencia en TikTok con más de 46.000 seguidores, convirtiendo su proceso en una fuente de apoyo emocional tanto para él como para otros. “Siempre quise hacer terapia, pero mi seguro no lo cubría”, comentó. Las respuestas positivas de la comunidad le han motivado a seguir visibilizando su lucha.
Su historia es un llamado de atención sobre la importancia de escuchar al paciente y no subestimar síntomas persistentes. En palabras del propio Shoker: “Pensé que me estaba volviendo loco, pero solo necesitaba que alguien me creyera”.