Roei Shalev, un israelí de 29 años, sobreviviente del ataque del grupo Hamas al festival de música Re’im en octubre de 2023, fue hallado muerto dentro de su coche incendiado cerca de Tel Aviv. Horas antes del trágico suceso, Shalev publicó en sus redes sociales un mensaje en el que expresaba su profundo sufrimiento emocional y su intención de quitarse la vida: “No soporto más esta dolor. Estoy ardiendo por dentro”.
Durante el ataque, Shalev presenció el asesinato de su pareja, Mapal Adam, y de su mejor amigo, Hili Solomon. Herido de bala en la espalda, logró sobrevivir fingiendo estar muerto durante horas, oculto bajo vehículos en el lugar del atentado. El ataque, que tuvo lugar en el sur de Israel durante el festival Nova, dejó más de 370 muertos y fue uno de los episodios más sangrientos del conflicto entre Israel y Hamas.
El trauma vivido por Shalev se agravó aún más cuando, según medios israelíes, su madre se suicidó dos semanas después del atentado. Las cámaras de seguridad captaron a Shalev en una gasolinera poco antes de que su coche fuera hallado en llamas en las cercanías de Netanya.
La comunidad Nova Tribe, a la que pertenecía Shalev y que representa a sobrevivientes y familiares de las víctimas, lamentó profundamente su pérdida, recordándolo como un pilar fundamental, líder del equipo de baloncesto y una figura de apoyo para otros afectados.
El líder político Avigdor Liberman, del partido Yisrael Beytenu, exigió al gobierno israelí medidas urgentes de apoyo psicológico para los sobrevivientes: “Es hora de que el Estado de Israel trate a quienes sufren problemas de salud mental como héroes y no como estadísticas”.
El caso de Roei Shalev vuelve a poner en evidencia el devastador impacto psicológico de los conflictos armados en las víctimas y la urgente necesidad de atención en salud mental en contextos de posguerra.