Un parto ocurrido en Colatina, en el noroeste del estado brasileño de Espírito Santo, ha llamado la atención por las dimensiones extraordinarias del recién nacido y las complicaciones sufridas por la madre. Ariane Borges, de 39 años y residente en Água Doce do Norte, dio a luz a su noveno hijo, Alderico, en un parto natural que requirió la intervención de aproximadamente diez profesionales sanitarios.
El bebé nació con un peso de 6,5 kg y 55 cm de longitud, sin que los controles prenatales detectaran su tamaño inusual. Aunque se recomendó una cesárea debido a que Ariane ya estaba en la semana 42 de gestación, el equipo médico decidió inducir el parto natural. Durante el procedimiento, el cordón umbilical se rompió, el bebé dejó de respirar durante cinco minutos y la madre sufrió una hemorragia, por la cual necesitó 55 puntos de sutura.
Alderico fue entubado inmediatamente tras el nacimiento y se le diagnosticó una lesión en el plexo braquial, un conjunto de nervios que controla los movimientos del brazo. Permaneció hospitalizado durante diez días y actualmente recibe fisioterapia, con buenas perspectivas de recuperación completa, según informan los médicos.
Ariane, quien ya era madre de ocho hijos, declaró que no esperaba que su noveno hijo naciera tan grande. “La doctora dijo que sería un bebé grande, pero no imaginaba que tanto. Pensé que era una broma”, comentó. El parto fue descrito como una experiencia traumática tanto para la madre como para el equipo médico, que se emocionó al ver que el bebé volvía a respirar.
Este caso pone de relieve la importancia de una evaluación prenatal más precisa y una toma de decisiones médicas adecuada, especialmente en embarazos de alto riesgo o con antecedentes de partos múltiples. Afortunadamente, tanto la madre como el bebé se están recuperando.
