Emilie, de 26 años, habló públicamente por primera vez desde que su hijo pequeño, Trigg, se ahogó en mayo. El niño murió seis días después de caer a la piscina del patio trasero de la casa familiar en Arizona, el 12 de mayo.
Según un informe policial difundido parcialmente a principios de año, Trigg habría caído al agua mientras estaba bajo el cuidado de su padre, Brady Kiser.
Tras la muerte del niño, Emilie guardó meses de silencio en redes sociales hasta que publicó una declaración en Instagram y TikTok el jueves. “Una pérdida de esta magnitud parece imposible de poner en palabras”, escribió. “He pasado días, semanas y meses intentando encontrarlas y también tomándome el tiempo necesario para digerir la pérdida de mi bebé”.
Emilie describió la muerte de Trigg como “un dolor, un sufrimiento y un vacío que ninguna familia debería tener que soportar jamás”. La madre añadió que asume “toda la responsabilidad” del accidente: “Sé que debería haber hecho más para protegerlo”.
El informe policial, devastador, señala que Trigg estuvo más de nueve minutos sin supervisión junto a la piscina. Mientras la madre no estaba en casa, el padre no prestaba atención. Las cámaras de seguridad muestran al niño jugando con un flotador cerca del agua sobre las 18:32 horas, momento en el que tropieza y cae a la piscina. Permaneció allí siete minutos hasta que el padre lo sacó y llamó al 911 dos minutos después. Los servicios de emergencia practicaron maniobras de reanimación y lo trasladaron al hospital, donde falleció. “Una de las lecciones más difíciles que cargo es que una valla permanente en la piscina podría haber salvado su vida, y eso es algo que nunca más voy a dejar de considerar”, reconoció Emilie.
“Espero que, en medio de todo este dolor, la historia de Trigg ayude a prevenir que otros niños y familias sufran la misma pérdida”.
Aunque Emilie ya se había referido a su dolor en documentos judiciales, esta fue la primera vez que se dirigió directamente a sus seguidores. Madre de dos hijos, se hizo conocida como influencer de estilo familiar, con más de cuatro millones de seguidores en TikTok y un millón en Instagram, donde solía compartir vlogs sobre la crianza de Trigg y de su segundo hijo, Theodore, nacido en marzo.
“El peor momento de mi vida”
Tras la tragedia, Emilie pidió a un tribunal de Arizona que mantuviera los detalles más dolorosos y gráficos del informe policial fuera del acceso público. “Saber que otras personas pudieran ver esas imágenes me obliga a revivir el peor momento de mi vida, agravando la situación y dificultando mi capacidad de sanar”, expuso en el proceso.
A comienzos de este mes, obtuvo una victoria judicial cuando un juez decidió suprimir dos páginas del informe policial público.
En su declaración del jueves, Emilie concluyó explicando cómo planea seguir adelante como creadora de contenido. “Cuando empecé en redes sociales en 2021, como madre primeriza, mi objetivo era conectar con otras madres y encontrar una comunidad. Lo encontré y mucho más gracias a todos vosotros”, escribió.
Y añadió: “Ahora me he dado cuenta, a raíz de esta tragedia, de cómo las relaciones online carecen de límites, especialmente en lo que respecta a la privacidad de los niños.
De ahora en adelante, estableceré más límites sobre lo que comparto en internet”.
