Max Allen, un joven estadounidense de 23 años, sufrió un grave accidente el pasado 6 de septiembre mientras nadaba en aguas poco profundas en la playa de Balmoral, en Sídney, Australia. Apenas unos días después de llegar al país con un visado de trabajo, Max impactó contra un banco de arena oculto y se fracturó la vértebra C5 del cuello.
Graduado en Desarrollo Urbano y Sostenibilidad por la Universidad de Arizona, fue trasladado de urgencia al Royal North Shore Hospital, donde se sometió a una cirugía de seis horas. Los médicos le extrajeron la vértebra dañada, realizaron un injerto óseo y fijaron su cuello con placas y tornillos.
Inicialmente, Max necesitó asistencia respiratoria, ya que los nervios de la vértebra C5 controlan la respiración. Sin embargo, su estado ha mejorado y ya puede respirar por sí mismo. Aunque su movilidad sigue limitada, ha comenzado con fisioterapia y terapia ocupacional. Su hermana Olivia destaca que su mantra es celebrar cada pequeña victoria diaria.
La familia, que se turna para acompañarlo en Sídney, ha informado de avances como la retirada de la sonda de alimentación y la reintroducción de alimentos sólidos. Max había planeado pasar un año en Australia trabajando en una panadería y luego en granjas, motivado por la amistad con compañeros australianos en la universidad.
Para cubrir los costes del tratamiento, rehabilitación y los gastos internacionales de la familia, se ha lanzado una campaña online que ya ha recaudado cerca de 69.000 dólares estadounidenses (aproximadamente 64.300 euros). Olivia agradece cada donación y mensaje recibido, y afirma que la recuperación de Max apenas está comenzando.