Las profecías de Baba Vanga y Nostradamus han vuelto a captar la atención del público en medio del aumento de las tensiones internacionales. Interpretaciones recientes sugieren que ambos videntes habrían anticipado eventos similares para el año 2025, incluyendo una posible guerra mundial.
Baba Vanga, la mística búlgara conocida por supuestas predicciones como la muerte de la princesa Diana y la pandemia de COVID-19, habría alertado sobre un conflicto de gran escala que surgiría en Europa del Este, con el potencial de desatar una tercera guerra mundial. Relatos atribuidos a ella señalan que el presidente ruso, Vladimir Putin, jugaría un papel clave, convirtiéndose en el “señor del mundo” y dejando a Europa convertida en un “desierto”.
Por su parte, Nostradamus, el astrólogo francés del siglo XVI, también habría hecho referencia a guerras y conflictos políticos en sus famosas centurias. Algunos versos, interpretados como alusivos a 2025, mencionan enfrentamientos tanto internos como externos en el Reino Unido, e incluso el regreso de una “gran pestilencia del pasado”.
La situación actual, marcada por más de tres años de guerra entre Rusia y Ucrania, ha intensificado el interés por estas profecías. En fechas recientes, se han reportado enfrentamientos entre fuerzas rusas y la OTAN, incluyendo la interceptación de drones rusos por parte de Polonia. El gobierno polaco calificó el hecho como una amenaza directa a su seguridad nacional y activó el Artículo 4 de la OTAN, que permite consultas entre los países miembros ante riesgos colectivos. El primer ministro de Polonia declaró que el mundo se encuentra más cerca de un conflicto abierto que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de las aparentes coincidencias, expertos advierten que las predicciones de Baba Vanga y Nostradamus suelen ser vagas y simbólicas, lo que permite múltiples interpretaciones. Además, muchas de las frases atribuidas a Baba Vanga carecen de documentación verificable y solo se popularizaron décadas después de su muerte.
No obstante, el clima geopolítico actual ha llevado a muchos a revisar estas antiguas profecías, alimentando la percepción de que podrían estar cumpliéndose.