En Fortaleza, Brasil, la historia de Edgar ha conmovido a miles. A pesar de sufrir fuertes dolores en las piernas y problemas circulatorios, este padre sale todos los días a vender verduras por el vecindario. Su objetivo es claro: garantizar comida especial y pañales para su hija Jacinta, de 16 años, quien padece parálisis cerebral y depende completamente de sus cuidados.
La situación de la familia es crítica. Viven en una casa de apenas tres habitaciones, sin condiciones adecuadas, que se inunda cada vez que llueve. Jacinta no tiene silla de ruedas y pasa los días sobre un colchón desgastado. Además, la esposa de Edgar también enfrenta problemas de salud mental, lo que agrava la carga sobre él.
El beneficio social que reciben apenas cubre una parte de los gastos, y Edgar aún no ha podido jubilarse. Por ello, cada venta de verduras representa la diferencia entre tener lo básico o no. “Mientras tenga vida, voy a luchar. Solo quiero que mi hija tenga qué comer y dónde dormir”, declaró emocionado al portal Só Notícia Boa.
El esfuerzo físico le pasa factura a diario, pero Edgar no se permite descansar. “El esfuerzo me cuesta caro para mi salud, pero no puedo dejar que le falte nada a mi hija”, afirmó.
Ante esta realidad, se ha lanzado una campaña de recaudación de fondos en la plataforma Só Vaquinha Boa. El objetivo es mejorar las condiciones de vida de Jacinta y aliviar la sobrecarga de Edgar, quien sueña con un hogar seguro y con poder cuidar de su hija con dignidad.