Ted Parrotman, un hombre de 55 años residente en Bristol, Inglaterra, ha llevado su pasión por los loros a un nivel extremo. Durante los últimos 17 años, Ted ha transformado radicalmente su cuerpo para asemejarse a sus aves de compañía, Teaka y Ellie. Entre las modificaciones más llamativas están la extirpación de sus orejas mediante una cirugía de seis horas, la división de su lengua, más de 100 tatuajes y alrededor de 50 piercings distribuidos por todo el cuerpo.
Además, para poder seguir usando gafas tras la eliminación de las orejas, se implantó dos pines metálicos en la cabeza. Como parte de su transformación estética, también se tatuó alas de loro en el rostro. Aunque sufrió acoso durante su infancia por sus orejas prominentes, asegura que esa no fue la razón de su decisión quirúrgica, sino su deseo de parecerse lo máximo posible a sus loros.
Ted convive diariamente con sus mascotas, que incluso pasan horas sobre su cabeza. A pesar de los inconvenientes —como que los loros a veces defequen sobre él— afirma que no le molesta, considerándolo incluso una señal de buena suerte. “Para mí, ellos son como mis hijos. Los amo”, declaró al diario The Sun.
El británico cambió oficialmente su nombre a Ted Parrotman, apelativo por el que ya era conocido en su comunidad. Antes de esta transformación, trabajaba como operario en una fábrica de calzado, pero actualmente se dedica por completo al cuidado de sus animales, que incluyen también un iguana verde y un perro de raza Pit Bull Terrier.
Aunque algunas personas lo consideran extraño, Ted defiende su estilo de vida como una expresión personal legítima. Según él, finalmente ha logrado alcanzar el ideal que siempre soñó: vivir como sus loros.